El Arte de las Presentaciones de Steve Jobs

El tiempo de preparación y el detalle.

Matt Drance (desarrollador y colaborador cercano de Steve Jobs) comentó una vez que Jobs trabajó más de 72h sin parar, ni siquiera a dormir, para crear una de diapositiva con un efecto concreto que sólo se vería 9 segundos en toda la presentación.

Ese nivel de detalle es lo que hace que Steve Jobs tenga, para nosotros, el nivel de artista en las presentaciones. Y es que lograr ese efecto minúsculo en tiempo, pero mayúsculo como mensaje hacía que esas presentaciones sean realmente memorables.

Para muchos oradores la presentación no es lo más importante. Y en parte es correcto, lo importante es tu mensaje. Pero sin una buena presentación, un entorno agradable y una muestra visual que potencie tu mensaje, lo más probable es que cuando termines de hablar las personas se queden con el 10% o 15%.

Con una buena presentación, como las de Steve Jobs, tu audiencia recordará más del 60% por todos los estímulos visuales que acompañaban sus mensajes y sus gestos.

El Ensayo y la Repetición

Otra variable en el proceso de creación de las presentaciones de Steve Jobs era el ensayo y la repetición. No se sabe con exactitud el tiempo de ensayos, pero sí se conoce que Steve Jobs repetía su ponencia muchas veces. Medía cada paso, cada clic y cada efecto de sus presentaciones.

El proceso de ensayar y repetir los bloques de sus presentaciones le permitía entender los momentos en los que mejor encajaba un efecto, una transición, un vídeo o una muestra en vivo.

No dejaba nada suelto. Si en ese proceso de ensayo y repetición, detectaba que una Slide entraba fuera del tiempo, rompía un “momentum” especial o no tocaba la fibra concreta, nuevamente pedía retoques en esa Slide hasta que fuera perfecta.

Muchos piensan que la el tiempo mínimo de ensayo de una presentación que pretende ser memorable es de 12 por el tiempo que durará tu presentación.

Si tu ponencia es de 60 minutos, entonces debes ensayar y repetir 12h.

Ahora a este resultado multiplica el número de decenas de personas que asistirán.

Si por ejemplo irán 50 personas, entonces ya van 60h

Para una ponencia de una hora, debes ensayar y repetir 60 veces. Esto es una locura, podrás pensar, pero así es y es el tiempo que invierten los grandes ponentes con resultados tan memorables como los que tenía Steve Jobs.

Probablemente ahora te estas dando cuenta porque en tus charlas o conferencias, las personas desconectan de ti.

¿Cómo era la preparación de una presentación de Apple de Steve Jobs?

El orden para preparar una presentación es vital. Repasemos como sería la preparación de la presentación de Apple.

Lo más probable es que en las oficinas centrales de Apple, un pequeño equipo se reúne y discute los detalles de la próxima presentación anual. Jobs, lidera la reunión (eso es seguro) con su visión clara y continua: Sorprender al mundo una vez más.

Lo primero que definen es el mensaje Mensaje central que quería comunicar.

En casi el 100% de las ocasiones (repasar sus vídeos de presentación de productos) la clave siempre fue mostrar el producto pero vender una experiencia.

¿Cuál es esa experiencia? Ahora toca construir el propósito y el valor de ese producto para crear luego la narrativa en su presentación.

Con el Mensaje central, la definición de la experiencia, el propósito y el valor a remarcar, y la narrativa, toca diseñar la presentación en sí.

En las presentaciones está su obsesión por la perfección y el minimalismo brillaba con más fuerza. Cada diapositiva, cada palabra, cada imagen era seleccionada y pulida hasta alcanzar la excelencia.

Jobs sabía que sus productos eran de por si bellos, por eso sus slides debían estar a esa altura estética, debían ser impecables.

Sus presentaciones iban a ser parte de su escenario, sus efectos especiales y su parafernalia. Por eso sus presentaciones eran tan teatrales, detrás de él, siempre pasaba algo visual.

Steve Jobs creaba sus presentaciones de tal forma que jugaban incluso con las luces del escenario. Sabía que fondos usar cuando las luces fueran tenues, que fondos e imágenes mostrar cuando se apagaran las luces y qué slides usar cuando quería que el publico aplaudiera sin control.

Estas tonalidades no eran cuestión de suerte. El ensayo, la teatralización y tener claro esos mensajes centrales le permitían crear presentaciones que cumplieran esa función de escenario, efectos especiales y tocaran la fibra de los asistentes.

Steve Jobs dejó una gran influencia en muchas áreas. La del diseño, la tecnología, la empresarial. Pero para nosotros, que nos dedicamos al diseño de presentaciones que impactan, nos dejó un legado en el que demuestra como crear una presentación puede ser sin duda una obra de arte.

El proceso de presentación de Steve Jobs era mucho más que una simple rutina, era sin duda arte en sí mismo. Desde la concepción inicial hasta la ejecución final, Jobs demostraba maestría en el arte de contar historias, cautivar audiencias y cambiar el mundo. Y aunque ya no esté físicamente presente, su espíritu vive en cada presentación que lleva su sello distintivo, recordándonos que el verdadero poder de la tecnología radica en su capacidad para tocar nuestras vidas de maneras profundas y significativas.